No hubo lugar para la sorpresa. El Fútbol Club Barcelona continua demostrando que es uno de los conjuntos más potentes del mundo, más que posiblemente el más fuerte y compensado, al que cualquier competición nacional se le queda pequeña, por no decir minúscula.

A pesar de que se encontró en el Fraikin BM Granollers un equipo combativo que se mantuvo en la pelea durante toda la primera parte y gran parte de la segunda, en cuanto la constelación de estrellas que componen esta plantilla estratosférica, y además profunda, decide apretar el acelerador no queda más posibilidad para sus rivales que ver como el “bólido blaugrana” se pierde en la distancia.

Partidos como el de ayer resumen las grandezas y miserias de la situación actual de nuestro balonmano, esa esquizofrenia constante entre felicitarnos por contar en nuestro país con el mejor equipo del mundo y la desazón de saber que cualquier halo de emoción en las competiciones domésticas estará relacionado por saber quién va a ser segundo…

Más allá de reflexiones filosóficas, la final de la Supercopa ASOBAL comenzó con el correspondiente minuto de silencio en solidaridad por los fallecidos en el accidente de Pirotecnia Zaragozana.

Una vez comenzado el partido, el Barça se sobrepuso muy rápido al 0-2 inicial, con el que le sorprendió el conjunto vallesano, gracias a varios contraataques consecutivos y al acierto de Víctor Tomás (3-2 min. 5) antes de que el partido entrara en una fase de intercambio de goles y golpes entre los dos conjuntos.

La primera exclusión azulgrana, para Viran Morros, no fue aprovechada por los de Carlos Viver y, a partir de ahí, llegaron los problemas para el Fraikin Granollers. Su ataque se espesó y cada vez tuvo más problemas para penetrar el 6:0 defensivo culé, lo que sirvió al Barça para adquirir su máxima ventaja hasta ese momento en el ecuador de la primera parte (12-9 min. 22).

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Un tiempo muerto del técnico de Granollers hizo que los suyos echaran el resto en defensa hasta el descanso, lo que permitió que el F.C. Barcelona no anotase durante siete minutos y se llegara al descanso con el marcador igualadísimo (13-12).

Tras el paso por vestuarios, los porteros de los dos equipos volvieron a erigirse máximos protagonistas. Y entre tanto acierto bajo palos, Víctor Tomás y David Resina aparecían como los hombres más peligrosos para lograr los goles que mantenían la igualdad en el electrónico (17-17 min. 40). Pequeños detalles dieron a los azulgranas una exigua ventaja con la que se entró en los últimos diez minutos (21-19 min. 50).

Y ahí fue donde todo se acabó. El Barça decidió que era el momento para sacudirse al rival, apretó forzando tres errores del Fraikin Granollers y del 21-19 se pasó a un 26-21 en un abrir y cerrar de ojos. De ahí al final, la actuación del joven Marc Cañellas, que había tomado el testigo de Álvaro Ferrer en la dirección del juego vallesano, impidió que la desventaja fuera a más (26-23 final).

Por tanto, la temporada comienza como terminó la anterior, con un Barça al que a nivel nacional es imposible encontrarle las costuras, y que la semana que viene se desplazará a Doha para disputar entre los días 7 y 10 el Campeonato Mundial de Clubes (IHF Super Globe), donde defenderá el título conseguido el año pasado.

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