En el balonmano, como en cualquier otro deporte de equipo, cohabitan a nivel de clubes dos perfiles claramente diferenciados, uno a nivel deportivo, conformado por los jugadores y el equipo técnico, y otro responsable de la planificación y toma de decisiones a nivel institucional.

Estas dos caras de la misma moneda están condenadas a entenderse, aunque la visión de las altas esferas de un club lleva, en numerosas ocasiones, ejecutar decisiones que suelen estar guiadas por intereses contrapuestos y difícilmente comprensibles por parte de la afición y de todos aquellos a los que nos interesa únicamente el aspecto deportivo del balonmano.

Esta reflexión, cada vez más común en el mundo del deporte, viene motivada por la, cuando menos, sorprendente rescisión del contrato de Antonio Carlos Ortega como entrenador del MKB Veszprém húngaro, expuesta a los medios a través de un comunicado de prensa el pasado lunes.

En sus tres temporadas como entrenador del Veszprém, desde su llegada en 2012 procedente del Club Balonmano Antequera, Antonio Carlos Ortega ha contribuido activamente a la consecución de todos los títulos nacionales y la consolidación de este conjunto húngaro como uno de los mejores equipos a nivel europeo y mundial, siendo un habitual en las últimas ediciones de la Final Four de la EHF Champions League, llegando incluso a ser subcampeón la temporada pasada, tras caer ante un intratable Barça, y más recientemente subcampeón de la Super Globe, únicamente derrotado por el Füchse Berlín en la final del torneo.

Precisamente esta última derrota, unida a un discreto debut en la máxima competición europea, al empatar con el Orlen Wisła Płock del seleccionador nacional Manolo Cadenas (27-27), han llevado a los dirigentes del club húngaro a tomar esta discutible decisión.

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El sustituto temporal de Antonio Carlos Ortega en el banquillo del MKB Veszprém será Xavier Sabaté, su ayudante durante toda su trayectoria como entrenador, hasta que se confirme la contratación de un nuevo técnico.

No sabemos como podrá afectar esta medida al futuro del club húngaro, pero de lo que sí estamos más que seguros es que pronto veremos a Ortega en el banquillo de algún equipo europeo o quién sabe si de alguna selección, una vez que se dispute en enero el Europeo de Polonia 2016.

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