Si hay un jugador que ha dejado huella allí por donde ha pasado, un jugador que ha pasado a la historia del balonmano por su calidad y por su carácter, ese no es otro que Talant Dujshebaev.
Talant nació en la república soviética de Kirguistán en 1968. A los 11 años tuvo su primer contacto con el balonmano, un deporte que para él reunía todo lo necesario: “buenas piernas para correr y saltar, buenos brazos para lanzar y buena cabeza para pensar”.
Con la mayoría de edad Dujshebaev realizó el servicio militar obligatorio en Moscú, debido a una llamada del CSKA, el equipo del ejército. Fueron años duros, como bien ha reconocido Talant, años que forjaron la personalidad y carácter que tanto han caracterizado a este mítico jugador.
Tras la caída del Telón de Acero, Dujshebaev recaló en el Teka Santander, en lo que sería su primer contacto con España, país al que se adaptó de forma inmediata. Tanto es así que no tardó en solicitar la nacionalidad española.
Posteriormente iniciaría su periplo profesional en Alemania, alrededor de cinco años en dos clubes distintos sin conseguir en ellos grandes logros.
Talant regresó a España en 2001 para jugar con el Ciudad Real, equipo con el que ganaría la Liga ASOBAL en tres ocasiones, además de una Recopa. Los aficionados españoles del balonmano nunca olvidarán sus lanzamientos imposibles, sus largas suspensiones en el aire o sus movimientos acrobáticos.
Ciudad Real significó el final de la carrera de Talant como jugador, quien fue despedido con honores en el Quijote Arena, si bien es cierto que continuó ligado a la entidad, esta vez en los banquillos. Sin embargo, la lesión de Uros Zorman obligó a Dujshebaev a tomar la decisión de volver temporalmente a la pista.
El Ciudad Real pasó a convertirse en el BM Atlético de Madrid, con Dujshebaev como entrenador. Pero el club desapareció en 2013.
En la actualidad Talant Dujshebaev es el entrenador del KS Vive Targi Kielce, el tercer equipo con más títulos de la liga polaca.
