Treinta años después de la histórica final de Copa de Europa que enfrentó al Atlético de Madrid con La Metaloplastika de Yugoslavia, los jugadores recibieron un sentido homenaje por la gesta conseguida. La final no la ganó. De hecho, poco pudieron hacer ante un equipo con jugadores de la talla de Vujovic, Portner, Basic o Vukovic.
Aquella final permitió que pasaran a la historia nombres como Lorenzo Rico, Cecilio Alonso, Luisón García o Agustín Millán, así como el de Juan de Dios Román, el técnico que consiguió llevar al equipo hasta la final de la máxima competición europea.
“Fue una final que sabe a victoria”, expresa Cecilio Alonso, uno de los presentes en el homenaje organizado por la asociación rojiblanca ‘Los 50’.
Hasta entonces, nunca antes un equipo español había alcanzado una final de Copa de Europa, así como nunca antes un partido de balonmano había logrado congregar a más de 10.000 espectadores en el antiguo Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Ni siquiera los siete goles de desventaja que los rojiblancos cosecharon en el partido de ida impidieron que la expectación fuera máxima y que tanto aficionados como medios se volcaran con un partido que estaba llamado a hacer historia.
“Nos sobrepasó el ambiente de la final, no allí, pero sí en Madrid”, admite Juan de Dios Román, quien también reconoce que al equipo le faltó algo de convicción: “Ellos eran mejores, pero si hubiéramos creído un poco más hubiéramos podido oponer un poco más de resistencia”.
La derrota no impidió que aquel equipo pasara a la historia y que los integrantes de la plantilla se convirtieran en una gran familia, tanto dentro como fuera de la pista. Homenaje más que merecido a un equipo y a unos jugadores que todavía están en el recuerdo de muchos.
