En balonmano proteger la portería es igual de importante que conseguir meter goles. En este deporte se asume que hay que encajar decenas de tantos en los partidos, pero la figura del portero es la que permite que esa diferencia esté controlada todo lo posible.
No es tarea fácil ser portero de balonmano, requiere de unos reflejos casi imposibles, un estado de forma perfecta y una concentración a prueba de cualquier tipo de presión. Hoy repasamos la trayectoria de uno de los grandes profesionales de esta hazaña, Arpad Stervik (1979).
Este yugoslavo de nacimiento consiguió la nacionalidad española en el año 2008 y desde el año siguiente ya jugaba con la Selección Nacional Española. Su capacidad para adivinar el movimiento del rival le ha hecho merecedor del título Mejor portero de la Liga ASOBAL de 2006 a 2010 ininterrumpidamente. En 2006, de hecho, consiguió también el de Mejor jugador de la Liga ASOBAL.
Sus 2 metros y 119 kilos hacen de este portero la mejor baza para salvaguardar la portería del equipo, algo que ha realizado ya con 6 “familias”. Debutó en el equipo serbio RK Jugović en 2001, luego estuvo hasta 2004 en el Veszprém KC de Hungría. A la liga ASOBAL llegó protegiendo la portería del BM Ciudad Real hasta 2011. Un año estuvo bajo los palos del BM Atlético Madrid y dos años más bajo los del F. C. Barcelona. En la actualidad se ha asentado en Macedonia para evitar que el Vardar Skopje encaje el mayor número de goles posible.
Con la Selección Nacional de Balonmano ha ganado el oro en el Campeonato del mundo de 2013 y el bronce en 1999, 2001 y 2011, mientras que en la Liga española prácticamente lo ha ganado todo (Liga, Copa del Rey, Copa ASOBAL y Supercopa de España).
Además su extenso palmarés se completa con tres Copas de Europa y dos Mundiales de Clubes cuando jugaba con el BM Ciudad Real, así como la inolvidable distinción de Mejor Portero del Campeonato del Mundo en 2005.