Si hace una semana el Barça certificaba su hegemonía deportiva a nivel nacional, con la consecución efectiva del título de la Liga ASOBAL en una temporada en la que, por segundo año consecutivo, ningún equipo rival ha conseguido arañarle ni siquiera un empate, ayer extendió su dominio a nivel continental, convirtiéndose de forma merecidísima en el Campeón de la Liga de Campeones EHF 2015 al imponerse al MKB Veszprém húngaro por 28-33, en la Final Four disputada este fin de semana en el Lanxess Arena de Colonia con la presencia de 19.250 personas en las gradas.
El Barça se plantó en la final tras derrotar el pasado viernes en semifinales al Vive Targi Kielce polaco por 33-28, mientras que el MKB Veszprém, entrenado por el español Antonio Ortega y que cuenta en sus filas con los ‘hispanos’ Chema Rodríguez, Cristian Ugalde y el lesionado Carlos Ruesga, ofreció la sorpresa de la Final Four al imponerse en semifinales al THW Kiel, por 27-31.
La intensidad del conjunto azulgrana ha sido clave en los primeros minutos del choque, junto a la efectividad de Danijel Saric en el marco. Nagy representaría la mayor y principal amenaza del MKB Veszprém en la primera mitad pero, excepto en los primeros segundos del partido, el control en el marcador hasta el descanso ha pertenecido al Fútbol Club Barcelona con Nikola Karabatic en estado de gracia. La diferencia al final de los 30 minutos de la primera parte se situó en 4 goles para el conjunto blaugrana.
La firmeza del equipo azulgrana en los primeros compases del segundo acto han dilatado la distancia en el marcador, pero la efectividad de Mikler y Alilovic en el marco del MKB Veszprém y el empuje de sus jugadores ofensivos han reducido la diferencia a dos goles.
No obstante, Sigurdsson cortaría el avance del rival, algo que representaría un golpe muy duro en el seno del conjunto de Ortega que, a la postre, cedía la victoria y el cetro continental a los jugadores del Fútbol Club Barcelona, enloquecidos por la conquista.
De este modo, el F.C. Barcelona alcanza su noveno título europeo, en su decimotercera final de la máxima competición del balonmano europeo, rompiendo el maleficio que sufría en la Final Four de las últimas ediciones de la Liga de Campeones EHF, desde la consecución de la Copa de Europa en el año 2011.